(EL AMIGO DEL PUEBLO ARGENTINO), 1895-1960
Prof. Alberto Klein
ORIGEN: Este
semanario, un gran archivo histórico-cultural y pastoral, fue publicado desde
1895 hasta 1960 por la CONGREGACIÓN DEL VERBO DIVINO, los Verbitas, instalada
años antes en la Argentina para atender a los católicos de habla alemana y en
especial a los alemanes del Volga, pues su fundador, P. Arnoldo Janssen
(canonizado el 5 de octubre de 2003 por el Papa Juan Pablo II), tenía noticias
de la urgente necesidad de atender pastoralmente a esa corriente inmigratoria
que tenía un sorprendente sentido religioso de la vida y estaba totalmente
desatendida pues no había sacerdotes suficientes que hablaran el alemán.
El contexto histórico
de Argentina estaba signado, entre otras cosas, por un tratamiento virulento de
distintas publicaciones anti-religiosas, profundamente agresivas. Este
anticlericalismo estaba apoyado por todas las corrientes de pensamiento del
anarquismo, la masonería y el socialismo. El Papa León XIII se propuso
enfrentar esta situación publicando dos encíclicas: Etsi Nos y Ab
Apostolici, para dar las directivas y consejos a las autoridades
apostólicas y a todos los fieles católicos.
Al poco tiempo
empezaron a aparecer varias publicaciones apologéticas en español y también en
otros idiomas, sobre todo en italiano (dado el gran aporte inmigratorio desde
ese país) y luego también en alemán, para así contrarrestar la gran agresividad
anticatólica de muchos medios de prensa.
El fundador del Verbo
Divino, P. Arnoldo Janssen, se preocupó enormemente para que existiera una
imprenta verbita en Argentina y que se diera inicio a publicaciones adecuadas a
las necesidades de sus dirigidos. Todo confluyó el 25 de diciembre de 1894
cuando desembarcaron en Buenos Aires, procedentes de Alemania, cinco nuevos
misioneros verbitas, tres sacerdotes y dos hermanos que traían consigo, en
treinta cajones, una imprenta consistente en una impresora planta Köning y
Bauer, un motor a gas, tipos, papel, tinta y demás elementos para la impresión.
Y así comenzó a
editarse en idioma alemán el Argentinischer Volksfreund. La aparición de
esta semanario estuvo motivada por la necesidad de atender pastoralmente a las
comunidades de habla alemana, muy dispersas en el interior, casi todas aisladas
y sin comunicación fluida con centros urbanos. Fue un medio de comunicación
intercomunitario, pues se utilizaba para toda clase de avisos y actividades. Su
contenido estaba orientado asimismo al entretenimiento, a la información de
actualidad nacional y extranjera y a la formación intelectual, moral y
religiosa de sus lectores.
En suma, constituyó
una verdadera y formidable ESCUELA A DISTANCIA, como tal, con un proyecto
educativo específico y que moldeó progresivamente el alma de los católicos de
habla alemana de la Argentina y en especial la de los alemanes del Volga. Como
las comunidades de este origen fueron atendidas por los Verbitas, circulaba
profusamente en las mismas y sus párrocos hacía las veces de corresponsales,
enviando mediante correspondencia todas las novedades de las distintas
comunidades. Con esta publicación podemos conocer a ciencia cierta qué leían,
que pensaban, cuál fue el contenido de sus tertulias y las preferencias de sus
almas piadosas, sólidamente alimentadas por los Verbitas.
También tenemos que acotar
que el Argentinischer Volksfreund no fue la única publicación de los
Verbitas, pero con seguridad fue la más importante durante casi tres
generaciones. Debemos citar El Semanario – La Revista del Hogar, en
español, publicada de 1900 a 1940; El Joven Misionero ideado para la
lectura de niños y jóvenes; Stadt Gottes, publicación mensual que
provenía directamente de la casa central verbita de Steyl-Holanda; y finalmente
Reflector, revista de contenido educativo-familiar y que reemplazó de
alguna manera al Volksfreund desde 1960 en adelante. Todas estas
publicaciones fueron pensadas por estos pastores Verbitas para el apoyo de la
formación integral de sus dirigidos.
DESARROLLO Y
CONTENIDOS: A cinco años de la llegada a la Argentina, los Verbitas iniciaron
este esfuerzo ciclópeo de publicar una revista semanal, habida cuenta de los
medios técnicos disponibles en esa época. El primer número apareció el 11 de
Abril de 1895, Sábado Santo. Sus comienzos fueron humildes, de 4 páginas
solamente en un formato de 42 cm x 28 cm, escritas a tres columnas. El
subtítulo era Katholisches Wochenblatt für die La Plata-Staaten,
traducido: Semanario católico para los Estados del Plata.
Los lectores de la
revista eran mayoritariamente los pobladores de las colonias suizo-alemanas de
la provincia de Santa Fe, los alemanes del Volga de Entre Ríos y de la
Provincia de Buenos Aires y de La Pampa; más tarde también de la Pcia. del
Chaco y de Misiones, habitantes todos de origen rural que le dio una impronta a
su contenido acorde con esta composición demográfica.
En sus cuatro
páginas, contenía algún artículo de interés general, al que seguían
informaciones de orden nacional: hechos acaecidos en distintas Provincias,
entre los que se destacaban los referidos a las actividades de la Congregación
en las colonias de inmigrantes. En una sección de letra más reducida, titulada
“Telegramas”, se consignaban brevísimas noticias de los más diversos países del
mundo. Completaban el contenido algunas misceláneas y cerraba la edición un rinconcito
de humor. La última página se dedicaba a los avisos comerciales. Su redacción
utilizaba un alemán sencillo y coloquial, acorde al perfil de sus lectores,
campesinos sencillos, pero de fe profunda. Trataba especialmente todos los
temas imaginables de la vida social y económica rural.
Desde sus inicios, el
Argentinischer Volksfreund estuvo acompañado por un suplemento de cuatro
páginas, llamado Sonntagblumen, traducido: Flores dominicales, en
formato de 27 x 20 cm., con texto a dos columnas y su subtítulo era Religiöse
Beilage zum Argentinischen Volksfreunde, traducido: Suplemento religioso
al Amigo del Pueblo Argentino. Este título se cambió a partir del Nº 27 en
julio de 1896 por el de Sonntagsblumen. Beilage zum Argentinischen
Volksfreund, traducido: Flores Dominicales. Suplemento al Amigo del
Pueblo Argentino. Obviamente era un suplemente de estricto contenido para
la formación religiosa Desde 1900, se incorpora como un apéndice de la misma
revista y poco después desaparece totalmente y su temática pasa a ser tratada
en las páginas de aquélla, que entre tanto se ha incrementado.
Junto con las
máquinas provenientes de Alemania, llegó el primer director, el P. Adolfo
Hegge. En 1896 le sucedió el P. Federico Vogt. El experto en impresión que
diagramaba, imprimía, embalaba y despachaba por correo era el Hno. Alberto
(Teodoro Schäfer). Durante 23 años fue su director el P. Ludger Grüter, autor
también de un libro testimonial de la inmigración de los alemanes del Volga,
publicado en ocasión del cincuentenario de su llegada a la Argentina.
A partir del 1º de
Abril de 1897, el Volksfreund aparece con dos páginas más. A estas
carillas pasan las noticias sobre los países europeos y del resto del mundo,
así como la sección de “Agricultura e Industria”, las misceláneas y el rincón
de humor, con lo que quedaba más espacio en las anteriores para las noticias de
Argentina y los demás países americanos.
Desde 1900, cambia su
formato que pasa a ser de 27 x 20 cm, y sus páginas aumentan a dieciséis. Allí
se incorpora definitivamente el Sonntagblumen en la segunda sección. En
los siguientes años aumenta su paginado. En 1906 aparece con 20 páginas y al
año siguiente con 32. En 1921 comienza con 48, densas en texto y escasas de
ilustraciones. Esta ampliación de espacio se ocupó con la inserción de los
textos bíblicos de los domingos y sus comentarios, como así también gran
cantidad de cuentos, relatos, novelas cortas y otras no tanto, en entregas
semanales. Durante muchos años se destacaron los relatos humorísticos del
“Reimmichel”, de gran delicia para los lectores. Ya en 1911 aparece una versión
en alemán de Amalia de J. Mármol. Entre muchísimas obras y novelas, se
publicó durante 12 años la Historia Universal de José Annegarn. También
hay que subrayar la importante inclusión de noticias del campo misional, tema
tan caro a los Verbitas, que OCUPABAN muchas páginas.
Su época de oro fue
sin dudas el lapso desde el comienzo de la década del veinte hasta finales de
la década siguiente. En esos tiempos, el tiraje era de 2.500 ejemplares; y como
era de lectura familiar, se calculaba que los lectores eran por lo menos 25.000
o más, dado que circulaba entre todos los parientes, vecinos y conocidos, pues
no todos estaban en condiciones económicas de suscribirse.
A mediados de 1938,
se reducen sus páginas a 32. La década del 40 trae algunos cambios. A partir de
Octubre de 1943 se publica el artículo editorial en alemán y en castellano, a
dos columnas. Desde 1949 se abrevia su título que pasa a ser simplemente Der
Volksfreund. La década del 50 marca su ocaso. Había escasez de papel que
hacía reducir su cantidad de páginas. Quedó, pues, reducido a 16. En 1958 se
convirtió en quincenal. Pasados los años y desaparecidos los viejos
inmigrantes, sus nietos y bisnietos fueron integrándose cada vez más al país,
olvidándose poco a poco del idioma de sus mayores, de manera que, a fines de
1960, en su último número, se comunicaba que Der Volksfreund HA CUMPLIDO
SU MISIÓN y que a partir de enero de 1961 dejaría de aparecer.
FUNCIÓN SOCIAL Y
TESTIMONIO HISTÓRICO-CULTURAL: El Volksfreund cumplía una indudable
función social. Servía como vínculo de unión entre toda la colectividad de
habla alemana de varia procedencia: alemanes, suizos, austríacos, Alemanes del
Volga, alemanes del Brasil que se hallaban disperso a lo largo de la Argentina,
su litoral, Misiones, Chaco, La Pampa y con el tiempo también llegó al Canadá,
Estados Unidos, Australia y a la misma Rusia, pues se encuentran en ella cartas
enviadas desde las aldeas originales del Volga.
Por sus páginas,
desfilaban descripciones de fiestas, reuniones y acontecimientos que eran
conocidos luego por todos los lectores. Asimismo, miles de “Todesanzeigen”,
avisos fúnebres o obituarios, con los que las familias informaban de las muertes
en su seno y sus circunstancias, con fotografía de los difuntos, conteniendo un
valor extraordinario para los genealogistas. En sus páginas también se
encuentran datos e informaciones de las actividades de las asociaciones de
ayuda de alemanes, confesionales y no confesionales. Así también se encuentran
ofrecimientos y pedidos laborales de toda clase, inclusive solicitudes de
contactos para proyectos matrimoniales; ofertas de ventas y compras de campos y
de toda clase de animales y herramientas.
La revista ha
constituido también un TESTIMONIO HISTÓRICO fenomenal. Acompañó e informó de
todos los procesos sociales, políticos y bélicos de todos esos años. Sus
lectores estaban perfectamente informados de todo lo que ocurría en el país y
el mundo. En cada número aparecían noticias de las aldeas, de tal modo que se
puede escribir la historia completa de las mismas con sólo organizar y
sistematizar toda esa información. El desarrollo de las dos grandes guerras
está perfectamente reflejado en sus páginas, pues eran de gran interés de sus
lectores. Espacio importante se daba también a la recordación de todas las
fiestas patrias, en un profundo respeto a los sentimientos locales, como así
también un despliegue importantísimo a todas las fiestas religiosas, vividas intensamente
por sus lectores.
PERSPECTIVAS: De
inmediato aparece una gran cantidad de posibilidades para aprovechar el
riquísimo contenido de este gran archivo. Habrá que completar muchísimo trabajo
técnico a cargo de especialistas en informática: crear archivos, normalizar su
escritura (gran parte está en gótico), traducir textos para los que no dominan
el alemán, elaborar programas de búsqueda y otros. Muchos historiadores tendrán
un valiosísimo material al disponer de hechos y datos absolutamente fidedignos.
También hay material para filólogos, literatos, músicos. Los genealogistas
estarán felices con miles de obituarios. En fin, es una cantera, un manantial
enorme de material para investigadores, en especial para nuestra juventud
universitaria.
CONCLUSIONES: Para un
semanario católico de habla alemana, sesenta y seis años de publicación
interrumpida constituyen un éxito formidable. Creado como medio para servir a
la evangelización, recorrió más distancias que ningún otro agente de pastoral,
para introducirse calladamente en los hogares con su mensaje cristiano y
formativo. En numerosos lugares a los cuales el sacerdote sólo llegaba de tanto
en tanto y donde los domingos los fieles no podían asistir a misa ni escuchar
la Palabra de Dios, el Volksfreund era el encargado de acercarles el
pensamiento cristiano y alimentar el espíritu y la fe de los colonos. Este
enorme esfuerzo tuvo frutos ciento por uno en vocaciones religiosas, en
formación de ciudadanos dignos y en difusión de los valores fundamentales para
sustento de todo desarrollo humano.
En sus seis décadas y
media de aparición, fue adaptando su lenguaje y su estilo a los tiempos. Una
comparación entre los números de comienzos de siglo y los correspondientes a
los últimos diez años muestra a las claras dicho cambio. Los artículos de fondo
en estos últimos años se refieren a temas de gran actualidad y exponen la
visión cristiana y la posición de Iglesia en lo social, educativo y político.
Se da mayor cabida a los documentos eclesiásticos, tanto pontificios como
episcopales. La Encíclica “Mit brennender Sorge” de Pío XI (1937), su lectura y
comentario desde los púlpitos, hizo que los lectores perdieran progresivamente
interés por el nazismo, constituyendo así un muro infranqueable para tanto
ateísmo.
A sabiendas que el Volksfreund
no era lo único que leían, sino que generalmente llegaban también otros
impresos a las familias, podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que el
nivel de lectura, información y formación humana era excelente, su crecimiento
personal asegurado y su maduración personal realizada, sin cambiar un ápice su
natural sencillez. La atenta lectura de 38 o más páginas semanales es una
cantidad importantísima de incorporación de saberes y valores.
Sin duda, la
creciente integración, la apertura comunicacional de las aldeas y la educación
pública obraron una gran transformación social que fue la causa de la
desaparición de la revista, después de haber cumplido su misión.
DIGITALIZACIÓN: Este gran archivo de 95.000 páginas se encuentra ahora
totalmente digitalizado, tarea cuyo diseño y organización estuvieron a cargo
del Prof. Alberto Leo Klein, por la ASOCIACIÓN DE ALEMANES DEL VOLGA “UNSER
LEIT”, y del Prof. Dr. René Krüger, por el Archivo Histórico del INSTITUTO
UNIVERSITARIO ISEDET, contándose con la financiación del Programa de
Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio Federal de Relaciones
Exteriores de la República Federal de Alemania a través de su Embajada en
Buenos Aires. La digitalización completa se presenta en 31 CD que contienen las
95.000 páginas de la revista y sus diversos anexos. Vaya un especial
agradecimiento al Sr. Embajador de la República Federal de Alemania, Günter
Kniess, por la valiosa ayuda brindada a esta magna empresa.