Rescata

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jueves, 22 de marzo de 2012

Dos libros, muchas historias


René Krüger dijo:
“…a pesar de todos los sufrimientos, nunca pararen de creer y de tener fuerza y esperanza. Esa fe les dio dignidad. Son estas personas las que a pesar del olvido y la marginación anunciar el triunfo del trabajo solidario sobre la explotación egoísta, del temple sobre la ruindad mezquina de politiqueros, de la esperanza sobre la tristeza…”

Federico Ott dijo:
“En ese momento descubrí a Dorotea. Vestía ropa que yo no había visto durante añares: un vestido largo, un delantal y un pañuelo azul que le cubría la cabeza, como había sido su costumbre en Rusia. Ella no me pudo ver enseguida, pues mientras tanto algunos habían logrado meterse en la primera fila dejándome bastante atrás...En ese momento comprendí algo que había escuchado de chico pero a lo que nunca había dado demasiada importancia: todos los creyentes formamos una unidad en el cielo y en la tierra”.

Horacio Agustín Walter dijo:
“Esta propuesta de caminar los senderos polvorientos que han pisado nuestros abuelos y sus abuelos, y los abuelos de estos, puede enfrentarnos a una situación no acostumbrada, pero posible. Este camino pretenderá mostrar que ellos han tenido la necesidad de creer también en el futuro, de tener esperanza en los cambios, de pretender una vida de bienestar. Esa vida propuesta como futuro es nuestro presente…si ellos pudieran vernos, estarían observando su futuro soñado”.

Kaspar Haas dijo:
“Lo entiendo, pero vuelvo a decirte lo que te he dicho siempre. No ganas nada con temer. La mayor fuerza contra el miedo es que estamos juntos. Y alrededor nuestro viven personas como nosotros, capaces de hacer cosas, entre olvidarse de los miedos y vencerlos…”.

Gaspar Haas dijo:
Raíces. El único modo de acceder a ellas es recorriendo la historia. Mis viejos son parte fundamental en mi vida porque me han dado lo que soy. No sólo formas físicas, sino también educación, modos de interpretar el mundo, capacidad de tomar decisiones en una dirección determinada. He discutido tanto con ellos que hoy, a varios años de esas discusiones, me doy cuenta de que me parezco enormemente. Increíble….”